Cuando la profesión y la pasión se unen
Hoy queremos compartir la emocionante historia de Aitor Arri, uno de nuestros ex-alumnos del Ciclo de Integración Social. Su trayectoria es un auténtico ejemplo de cómo la pasión y la vocación pueden cambiar vidas. Cuando la profesión y la pasión se unen surgen historias como esta.
El comienzo de una vocación
Desde el segundo curso de sus estudios, Aitor comenzó a trabajar en un centro de menores de la Diputación, demostrando su gran compromiso social. Sin embargo, cuando llegó el momento de desarrollar su proyecto final, decidió ir más allá y unir dos de sus grandes pasiones: el rugby y el trabajo social. Así nació la idea de crear un proyecto de Rugby Inclusivo, un espacio donde el deporte se convirtió en una herramienta de integración y superación personal.
Un proyecto que traspasa fronteras
Con una mezcla de determinación y entusiasmo, presentó su iniciativa al club de rugby, que no solo le dio su respaldo, sino que lo animó a defenderla ante el Ayuntamiento. El proyecto obtuvo financiación y, gracias a ello, pudo hacerse realidad. Hoy en día, el Rugby Inclusivo sigue en marcha y ha cosechado un gran éxito, convirtiéndose en un referente para otros proyectos deportivos y sociales. Tanto es así que Aitor fue reconocido con el Premio al Voluntario del Año, un merecido reconocimiento a su dedicación y esfuerzo.
Nuevas iniciativas: el rugby en la cárcel de Basauri
El proyecto no se quedó ahí. También fue ampliado a la población reclusa, llevando el rugby a la cárcel de Basauri, donde el deporte ha servido como una herramienta clave para la reinserción y el desarrollo personal de los internos.
Compromiso profesional y ejemplo para el alumnado
Actualmente, Aitor trabaja en la Red Básica de la Diputación, en pisos de acogida para menores, y también en un centro educativo con alumnado que necesita apoyo especial. Su vocación y compromiso lo han llevado a convertirse en un referente para muchos profesionales del ámbito social.
Hace poco tuvimos el privilegio de recibirlo nuevamente en Bilbao Formación, donde compartió su experiencia con nuestros estudiantes. Durante su visita, los animó a seguir sus pasiones y a no rendirse ante los obstáculos, recordándoles que la vocación y el esfuerzo pueden transformar realidades.
Gracias, Aitor, por motivar con tu ejemplo y por recordarnos que, cuando unimos nuestra pasión con nuestra profesión, el impacto que generamos puede ser extraordinario.